Hoy hemos querido dedicarle nuestro post a un lugar que nos cautivó por su arquitectura y estilo desde el primer momento. Situado en una de las calles con más historia y encanto de Valencia, Lotelito ha logrado en un tiempo récord hacerse un hueco como uno de los lugares de moda de la capital. Puedes disfrutar desde una exquisita cocina Mediterránea de lo más creativa, hasta degustar un cóctel preparado por auténticos expertos cocteleros, mientras escuchamos música en directo o disfrutamos de un animado ‘afterwork’ entre semana.
Su interior modernista es obra del arquitecto valenciano Jorge Quesada. El interiorismo es fruto del trabajo del estudio madrileño «Labmatic”. Como resultado, sus propietarios que también son valencianos, junto este gran equipo de profesionales, han obtenido un espacio único donde una contundente elegancia es la auténtica protagonista. Con un claro estilo industrial y modernista, este sofisticado restaurante, apto para todos los bolsillos, nos ha sorprendido por cómo sus creadores han sabido integrar el carácter rústico del ladrillo caravista con las columnas reforzadas con vigas de metal, tan típicas de las naves industriales. Otro elemento que caracteriza a este local, son las altas estanterías donde almacenan todas sus bebidas y que están formadas a partir de una retícula metálica que prácticamente llega hasta el techo y que se hace visible desde cualquier punto del local.
A continuación os dejamos las imágenes que en nuestra opinión mejor definen la estética y estilo de Lotelito, una las terrazas más chic de Valencia convertida hoy en día en todo un referente en decoración.
Y antes de despedirnos, os dejo con otro de los locales que sus propietarios poseen en la orilla del mar Mediterráneo y que es realmente sorprendente: Portolito.
En esta ocasión el responsable de dar forma a este restaurante fue el arquitecto Juan José Fernández. La decoración del interior es obra de Iván Martínez y Xavier Salvador. Se trata de un lugar de lo más singular situado a orillas del mar Mediterráneo con maravillosas vistas al Puerto de Valencia. Su suelo hidráulico en tonos tierra contrasta a la perfección con el entramado de listones de madera natural del techo, las cuales forman una auténtica obra arquitectónica de la cual cuelgan pequeñas luces recubiertas en color naranja, como guiño a la fruta más típica de la ciudad: las naranjas valencianas. Otro aspecto que lo caracteriza es el hecho de estar abierto al mar. Sus dos fachadas principales se alzan con grandes cristaleras correderas que nos permiten conectar con el exterior mientras sentimos la brisa del mar. Degustar una típica paella valenciana o una buena fideuà es una parada indiscutible si estás por Valencia. Su interior elegante, modernista y su incipiente aire transgresor lo ha coronado como el destino ideal para los días de verano donde ir a tomar un «brunch», cenar, tomar unas copas o simplemente tomar unos cafés mientras nos relajamos a la orilla del mar.
¡Hasta el próximo post! 🙂